Verano de Maestros y Maestras...

A menudo escucho comentarios sobre las maravillosas vacaciones que tenemos los maestros y las maestras, os puedo asegurar que son muy necesarias. El trabajo de maestros y maestras tiene una peculiaridad que distingue a nuestro gremio de todos los demás, o casi todos, trabajamos con personas, pequeñas personas que aún están por formarse, por educarse. ¿Quién no guarda algún recuerdo de aquel maestro o maestra que tuvo cuando estaba en el colegio? Creo que todo el mundo. Os puedo asegurar que se necesita mucho tiempo para poder volver al centro en el que trabajas con las pilas cargadas, la imaginación intacta y las ganas de innovar repletas de ideas que en septiembre volverán a llevarse a cabo. El debate sigue en la calle.
Yo particularmente tengo un verano de maestro un poco diferente, supongo que habrá compañeros y compañeras que estarán iguales o peor que yo. Llega el tiempo de las fiestas, las galas, los ensayos, de hacer aquello que a uno le gusta, algunas veces. ¿Por qué algunas veces? Porque hay una línea muy pequeña entre lo que es una afición y lo que es un trabajo. Muchas de las aficiones a veces se convierten en “pequeños” trabajos, son horas de ensayo, de grabación, de actuaciones, de tener que sacrificar el estar en una playa tranquilo y relajado durante los dos meses de verano para conseguir algo más importante que todo lo demás, la realización y satisfacción de uno mismo. Os puedo asegurar que se pasan buenos ratos, pero también muchos momentos de interrogación y exclamación “¿pero por qué me meteré yo en estos fregaos? ¡El año que viene no me pasa esto! ¡Con lo tranquilo que podía estar!” En fin, solo me queda el consuelo de que algo de lo que hago actualmente me reportará experiencia y unas vivencias que en la memoria estarán almacenadas para el resto de mi vida. Eso sí, siempre hay un momento para quitarse un posible agobio, poner música como la que os voy a poner a continuación, cerrar los ojos y pensar si algún día llegaré a poder hacerla con mis propias manos…



Ahí queda eso...que piano joé y lo tenemos bien cerca. Bravo por el maestro Jesús Lavilla y también por la cantante Argentina.¿Se puede acompañar una copla con más gusto y delicadeza? Creo que no, gracias Dios mío por poder conocer personalmente a maestros con tanto gusto.